El Perro Ladrón

Soy el perro de Remi Boncoeur, he tenido una vida dura y no honrada. No hay perro que haga lo que yo, porque ninguno ha tenido un dueño como el mío, un dueño sin escrúpulos que me ha condenado a una vida de crimen, con final garantizado en el infierno perruno.

Era aún un cachorro cuando me encontró en la calle y me arrancó de las patas de mi madre Laika, traté de morderlo, arañarlo, pero era muy pequeño para hacerle daño. Tuve que quedarme con él secuestrado alimentándome con las sobras de comida que quedaban en la mesa los días que Remi y su esposa no estaban drogados y estaban en capacidad de cocinar algo para ellos. No entendía para qué esos junkies me alejaron de mi mamá y mis hermanos perritos pues ni se ocupaban de mí, hasta que un día, luego de que Sal Paradise entrase a casa de Remi por la ventana y se alojase ahí durante varios días, una conversación entre ellos me hizo entender cual sería mi futuro. “Hey Sal”, le dijo Remi:

– “Hace años que tengo la idea de educar a un perro para que sea un superladrón que entre en las casas de la gente y les saque los dólares de los bolsillos. Le enseñaría que sólo debía coger los billetes verdes; haría que los estuviera oliendo el día entero. Si fuera humanamente posible, le enseñaría a coger únicamente los de 20 dólares” (1)

Yo soy ese perro. El producto de un sueño. El sueño de un drogadicto y borracho al que mantengo con billetes de 20 dólares que le fue tan humanamente posible enseñarme, como perrunamente fue para mí aprender.

Lo veo ahora saliendo de casa para llamarme, y encargarme un nuevo “trabajo”, del que no recibiré ni las gracias. Pero tu tiempo se acaba Remi Boncoeur, sé donde guardas los billetes, el aprendiz superará al maestro una vez más, tan pronto de descuides los robaré y como un perro no puede gastarlos, los morderé, los babearé y haré con ellos una bola de papel y saliva inutilizable para cualquier ser humano. Falta muy poco Remi Boncoeur, falta muy poco.

(1) Fragmento de En el Camino, libro de Jack Kerouac, el pionero de la generación beat.